En Adarve Estudio hemos presentado nuestra propuesta de pabellón al festival TAC de arquitectura urbana, que pretende unir la arquitectura contemporánea y la creatividad con el espacio público.
La idea de proyecto parte de la geometría de dos círculos puestos en relación en clara referencia al símbolo de infinito y a la idea de reutilización, reciclaje y reducción de una economía circular que consideramos necesaria en el contexto de emergencia climática en que nos encontramos, bajo la idea de reinterpretar dos espacios tradicionales como son el teatro y el templo.
Los usos recreativo y de culto han tenido de manera tradicional en las diferentes sociedades a lo largo de la historia, espacios independientes y diferenciados donde se han desarrollado. La mixtura en un mismo envoltorio arquitectónico de diferentes usos o de su transformación, es un fenómeno si no característico, al menos frecuente de los espacios contemporáneos. Este pabellón propone ser una revisión del teatro y el templo romanos puestos en relación, independientes entre sí pero formando parte de un conjunto: el primero, dedicado a funciones y talleres propios del uso recreativo; el segundo, dedicado a exposiciones, un culto a la cultura.
El pabellón se sitúa en la explanada de Sagüés en San Sebastián, un espacio límite entre lo urbano y lo natural. Para enfatizar esta doble condición del lugar se plantea un doble acceso a cada uno de los espacios del teatro y el templo por lados opuestos: al primero, espacio cubierto a excepción de su óculo central y destinado a acoger exposiciones, se accede por el este, desde el ambiente urbano que conforma la ciudad; al segundo, se accede por el oeste, desde el ambiente natural que representa el mar Cantábrico, que será junto a la puesta de sol, el telón de fondo de la escena a la que está orientado su graderío.
La materialidad del pabellón es simple y sobria: madera y arena. La volumetría del pabellón, tanto del teatro como del templo, está conformada por la repetición de un único elemento; un palet europeo reciclado de madera, trabados en las diferentes hiladas sin ningún tipo de unión entre ellas, únicamente trabajando a compresión. El suelo de ambos espacios lo conforma una cama de arena de la cercana playa de Zurriola.
Las actividades en ambos espacios se apoyan y complementan, estableciendo sinergias en cuanto a la difusión de los contenidos a tratar por parte de la organización. El pabellón es desmontable y reciclable, ya que tras el uso de los palets pueden ser nuevamente vendidos a la empresa suministradora para su nueva comercialización, mientras que la arena del suelo será devuelta a la playa.